En el año 2014 inicia en nuestra localidad la obra, comenzando como obra misionera, pues solo había 6 hermanos, estando al frente el hermano Carlos y su esposa, junto a sus dos niños, quienes pertenecían a la iglesia Nueva Vida en el poblado de Santa Lucía, Rafael Freire. Ellos trabajaron durante dos años, adquiriendo una pequeña casita de madera para la casa pastoral y sin un lugar donde congregarse. Sin embargo, esto no detuvo la obra, pues se añadían nuevas vidas.

En el año 2016 deciden mudarse a otro lugar para servir al Señor, quedando la congregación con 16 miembros en plena comunión, algunos nuevos convertidos y un grupo pequeño de niños. Ese mismo año, el 18 de noviembre, llegan los pastores el Rv. Samuel Peña Cruz y su esposa, la Lic. Neisi Rodríguez González, junto a sus dos hijos, María Ester y Juan Marcos. Ellos continúan el trabajo en la localidad. Para ese tiempo nos congregábamos en una pequeña casita que nos prestó el hermano Alfredo, miembro de nuestra congregación.

En el mes de diciembre tuvimos que salir del lugar, ya que se volvió pequeño debido a la conversión de muchas personas. Entonces comenzamos a reunirnos en el patio de la casa pastoral, teniendo como único techo el cielo. Esto tampoco detuvo la obra, pues crecía en gran manera. Familias enteras venían a los pies de Cristo; muchos entregaban sus altares, grandes sanidades, milagros y liberaciones ocurrían. Se construyó un pequeño techo de zinc sin paredes para los servicios.

En el año 2018, el 28 de septiembre, se organiza oficialmente como iglesia con una membresía de 70 miembros en plena comunión, un grupo de nuevos convertidos y niños. Para ese tiempo pudimos tapiar todo el solar y colocar un techo en la parte trasera de la casa, ya que nos dieron la orden de construcción del patio techado y la casa pastoral. Sin embargo, hasta el día de hoy no se ha podido construir por falta de finanzas.

En marzo de 2020, unos hermanos de Canadá, los hermanos Soile y Tarmo, nos ayudaron a conseguir los fondos para adquirir una casa que se utiliza como casa pastoral. Todavía nos reunimos en el patio techado con la visión de construir nuestro templo, ya que contamos con la licencia de construcción, pero necesitamos las finanzas. Oramos para que el Señor supla y así poder construir nuestro anhelado templo.

En estos momentos estamos por celebrar los 10 años de fundada la obra y 6 años como iglesia organizada de las Asambleas de Dios en Cuba. Contamos con 120 hermanos y alrededor de 20 niños, por lo que podemos decir: "Ebenezer, hasta aquí nos ayudó el Señor."